¿Tu negocio no sobrevivió al COVID? Esta ley borró €313.000 de deuda y puede hacer lo mismo por ti

Cuando la pandemia llegó, no solo cambió la forma en que vivimos… también arrasó con los sueños de miles de emprendedores que habían construido sus negocios con esfuerzo, constancia y mucha ilusión. Muchos de ellos, como este empresario del sector tecnológico, vieron cómo en cuestión de días todo lo que habían creado se desmoronaba. Su empresa trabajaba directamente con hoteles, y cuando estos cerraron, no solo perdió a sus clientes: perdió el sustento entero de su proyecto.

Intentó resistir. Luchó por mantener a flote la empresa. Avaló préstamos con su patrimonio personal, confiando en que la situación mejoraría. Pero los meses pasaron, los ingresos no volvieron y las deudas crecieron hasta volverse inmanejables. Y lo más injusto es que no cometió errores de gestión. Simplemente fue víctima de un contexto que escapaba por completo a su control.

€ 313.000 EXONERADOS

Y entonces, cuando parecía que no había salida, llegó la Ley de la Segunda Oportunidad. Una herramienta legal poco conocida, pero tremendamente poderosa. Gracias a ella, este empresario consiguió la cancelación completa de 313.000 euros de deuda. Sí, has leído bien. Más de trescientos mil euros, muchos de ellos avalados con su propio patrimonio, totalmente eliminados por resolución judicial. No hubo necesidad de pagar un céntimo más, ni de arrastrar esa carga durante años. Solo se necesitó buena fe, asesoramiento legal especializado y dar ese primer paso para empezar de nuevo.

Y lo más bonito de esta historia es que hoy puede volver a emprender sin miedo. Con la experiencia que da el haberlo vivido todo y con la tranquilidad de saber que no está atrapado. Porque la verdadera libertad financiera no consiste solo en ganar dinero, sino en poder mirar hacia adelante sin las cadenas del pasado.

Si tú también estás arrastrando deudas que no sabes cómo pagar…
Si tu negocio cayó en la pandemia o en cualquier otro bache inesperado…
Esta ley también pueda ayudarte.

No es magia. No es un favor. Es tu derecho.
Y si necesitas a alguien que te lo explique claro y sin compromiso, aquí estoy para escucharte.

Te mando mi abrazo legal y toda mi fuerza para que des ese primer paso.
Porque sí, hay salida. Y está más cerca de lo que crees.

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