¿Qué pasa si dejo de pagar el coche? Diferencias entre Reserva de Dominio y Préstamo Personal

El vehículo es, para muchas familias y profesionales, una herramienta de trabajo indispensable y no un simple lujo. Por eso, cuando la economía aprieta, una de las mayores angustias es el miedo a perder el coche.

A menudo recibo consultas de personas aterrorizadas porque no pueden afrontar la cuota del vehículo y no saben a qué atenerse. Desde mi experiencia como abogada mercantilista, te explico sin rodeos qué ocurre realmente cuando dejas de pagar, porque las consecuencias dependen totalmente de cómo compraste ese coche.

Existen dos escenarios principales y las reglas del juego son muy diferentes en cada uno.

Escenario 1: El coche tiene «Reserva de Dominio»

Este es el caso más habitual cuando financias el vehículo directamente en el concesionario o a través de la financiera de la marca.

La Reserva de Dominio es una cláusula legal que significa, básicamente, que aunque tú conduces el coche y pagas el seguro, el vehículo no es tuyo legalmente hasta que pagas la última cuota. La propiedad sigue siendo de la financiera.

¿Qué ocurre si dejas de pagar?

Si incurres en impagos en este escenario, el proceso suele seguir estos pasos:

  1. Reclamación y Burofax: Recibirás notificaciones exigiendo el pago.
  2. Recuperación del vehículo: Al no ser de tu propiedad, la financiera te exigirá la entrega del coche.
  3. Peritaje y Venta: Una vez entregado, peritan el valor del coche y lo venden (normalmente en subastas o a mayoristas por un valor inferior al de mercado).
  4. El problema del remanente: Aquí viene la parte más dolorosa. Si el dinero que sacan por el coche no cubre el total de tu deuda (algo común por la depreciación y los intereses), sigues debiendo la diferencia. Te quedas sin coche y todavía con deuda.

Escenario 2: Compra con Préstamo Personal Bancario

El segundo escenario ocurre cuando vas a tu banco de confianza, pides un préstamo personal por, digamos, 15.000€, y con ese dinero pagas al concesionario al contado o mediante transferencia.

En este caso, el coche sí es tuyo desde el minuto uno, porque la deuda la tienes con el banco por un dinero prestado, no por el coche en sí (salvo que el banco haya inscrito una reserva, algo menos frecuente en préstamos personales genéricos).

¿Qué ocurre si dejas de pagar al banco?

Aquí la entidad no puede venir simplemente a quitarte las llaves del coche mañana, porque el préstamo no está vinculado directamente a la propiedad del bien (a diferencia de la reserva de dominio).

El proceso es el siguiente:

  1. Demanda judicial: La entidad financiera presentará una demanda por impago del préstamo.
  2. Ejecución de títulos: Cuando el juez les dé la razón, procederán al embargo para cobrar la deuda.
  3. El orden de los embargos: Lo primero que atacarán son tus cuentas bancarias (saldos y nóminas). El coche podría ser embargado posteriormente si con el dinero de las cuentas no es suficiente, pero el bloqueo de liquidez es inmediato.

No esperes a que «llegue la sangre al río»

La diferencia entre actuar a tiempo o esperar a la ejecución judicial es abismal.

Si ya tienes dificultades para pagar la letra del coche, sea cual sea tu modalidad de financiación, no te escondas. Ignorar el problema solo aumenta los intereses de demora y las costas judiciales.

La Ley de la Segunda Oportunidad ofrece mecanismos para tratar estas deudas. Dependiendo de tu situación y del tipo de contrato, podemos estudiar estrategias para cancelar las deudas insostenibles o buscar fórmulas que te permitan reorganizarte.

Soy experta en derecho concursal y veo estos casos a diario. Te invito a revisar los requisitos en mi web y, si te sientes ahogado, escríbeme. Existe una salida legal para protegerte antes de perderlo todo.

Comparte este artículo:

WhatsApp
LinkedIn